¿Qué es la Vitamina C y por qué la necesitamos?


La Vitamina C (también conocida cómo vitamina antiescorbútica ácido ascórbico) es una vitamina hidrosoluble, lo que significa que se disuelve en agua y, aunque al tomarla una pequeña parte se quede en nuestro cuerpo, la cantidad sobrante a las necesidades de nuestro organismo es eliminada a través de la orina. 

 

El ser humano, los primates y los conejillos de indias, a diferencia de la mayoría de animales, no tienen capacidad de sintetizarla, por lo que deben adquirirla a través de la alimentación para disponer de ella y hacerlo con regularidad por ser hidrosoluble y eliminarse con facilidad.

 

Los efectos secundarios de la Vitamina C son muy raros dada la imposibilidad de su almacenamiento en el cuerpo.

 

 

¿Cuáles son los 10 beneficios de la Vitamina C que no sabías?

 

La Vitamina C tiene numerosos beneficios para la salud, y la deficiencia de esta en nuestro organismo puede llevarnos a ser más vulnerables a padecer enfermedades. A continuación te contamos los 10 beneficios de la Vitamina C que no sabías:

 

1. La Vitamina C es un potente antioxidante de fácil acceso, ya que disponemos de ella en nuestra alimentación diaria. 

 

¿Qué son los antioxidantes? Los antioxidantes son moléculas con la capacidad de retrasar o prevenir la oxidación de otras moléculas. Y qué es la oxidación? La oxidación es una reacción química que ocurre en las células (y fuera de ellas) como consecuencia de su normal funcionamiento, por ejemplo, puede suceder simplemente a partir de la normal respiración celular o de la generación de energía por parte de las células. Asimismo, la oxidación puede aparecer por agresiones externas como tóxicos, radiaciones o enfermedades. Esta reacción química llamada oxidación origina radicales libres que dañan a las células.

 

Los antioxidantes, por tanto, son básicos para nuestra salud celular. La oxidación celular (y los radicales libres que derivan de ella) generan multitud de enfermedades crónicas como diabetes, arterioesclerosis, cáncer, artritis, dermatitis, etc.

 

 

2. Es fundamental en la síntesis del colágeno, que es un componente básico para la piel, tendones, ligamentos, vasos sanguíneos, dientes y huesos. Por lo tanto, la salud de estos tejidos depende directamente de la vitamina C.

 

 

3. Ayuda a curar y cicatrizar heridas. Es importante en la buena marcha de cualquier intervención quirúrgica. Se recomienda una dosis diaria de 1000-2000 mg des de unos 15 días antes de la intervención hasta unos 15 días después de la misma.

 

 

4. Ayuda en la absorción de hierro de origen vegetal y su almacenamiento.

 

 

5. Facilita el buen funcionamiento del sistema nervioso y favorece a la síntesis de neurotransmisores (son moléculas especializadas en la transmisión de información de una neurona a la otra, que nuestro organismo produce a partir de los nutrientes que obtenemos mediante la alimentación).

 

 

6. Regula el sistema inmunitario por sus propiedades antivirales y antioxidantes. Estimula la función de los leucocitos (que son las células de defensa que están en la sangre). Tradicionalmente se ha utilizado la vitamina C para el tratamiento de los resfriados, aunque no haya evidencia científica en que los evite, sí que se ha constatado que la toma de vitamina C reduce el tiempo de convalecencia y los síntomas del mismo.

 

 

7. Desacelera la disminución de leucocitos (defensas) que se produce después de practicar ejercicio. Por tanto, suplementarnos con Vitamina C después de hacer deporte es altamente aconsejable.

 

 

8. Ayuda a mejorar el curso de las infecciones urinarias ya que, entre otras cosas, acidifica la orina.

 

 

9. Ayuda a regenerar la vitamina E, que es otro potente antioxidante.

 

 

10. Reduce el cansancio y la fatiga y nos permite tener mayor vitalidad.

 

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