Los últimos días de febrero y los primeros de marzo nos encuentran a todos retomando la rutina propiamente dicha: los chicos arrancan las clases, comienzan los cursos, proyectos laborales y actividades varias. Es un buen momento para comenzar a agendar turnos médicos y realizar todos los chequeos preventivos a los cuales todas las personas debemos someternos una vez al año. Aunque suene más que trillado, hay una frase que no pierde vigencia: prevenir es curar.
Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS) la medicina preventiva es aquella que incluye prácticas médicas que están diseñadas para prevenir y evitar la enfermedad. “El chequeo médico anual es muy importante para la detección temprana de enfermedades, aun cuando éstas se encuentran asintomáticas. Con un chequeo preventivo podemos identificar alteraciones de la salud en forma precoz, a fin de realizar recomendaciones oportunas e incrementar el éxito terapéutico”, explica la doctora Vanesa Zsauter, Coordinadora Médica de EXPERTA ART.
Siempre que no existan antecedentes que indiquen revisarse con mayor frecuencia, en general, los médicos sugieren un chequeo general anual, que consiste en una evaluación física, estudios de laboratorio, radiológicos y cardiológicos. También examen funcional respiratorio, ecografías y en el caso de las mujeres exámenes ginecológicos. Si bien hoy en día, existen varias instituciones médicas que realizan el chequeo general preventivo, es aconsejable tener un médico clínico de cabecera. “Es ideal contar con un médico de cabecera que conozca nuestros antecedentes, cuente con la historia clínica de estudios ya realizados, y pueda derivarnos rápidamente en caso de ser necesario acortando tiempos y rechequeos”, explica Zsauter. Todas las mujeres y hombres adultos deben realizarse estudios preventivos cada año. A los exámenes generales deben sumarse estudios específicos según la edad, sexo y antecedentes.
A tomar nota:
CHEQUEO GENERAL CON MÉDICO CLÍNICO: En la consulta, además del examen físico (control de presión, peso, etc.) indicará estudios de laboratorio (sangre y orina), radiológicos (radiografía de tórax), electrocardiograma, evaluación nutricional y la derivación que corresponda según antecedentes heredofamiliares.
CHEQUEO GINECOLÓGICO (MUJERES). Todas las mujeres a partir de iniciadas las relaciones sexuales deben hacerse un PAP y una colposcopia. A partir de los 35-40 años o según antecedentes, deben sumarse los estudios mamarios (mamografía y ecografía) al chequeo ginecológico anual.
CONSULTA UROLÓGICA (HOMBRES). A partir de los 50 años todos los varones deben realizar su consulta anual con el urólogo.
CONSULTA DERMATOLÓGICA. Para revisar lunares y manchas, y chequear que no hayan modificado su aspecto: colores diferentes o formas extrañas. Permite la detección temprana de cáncer de piel.
CONTROL ODONTOLÓGICO. Para chequear la salud bucal y evitar complicaciones.
CONTROL OFTALMOLÓGICO. En este caso debe realizarse en los adultos a partir de los 40 años cada 2 años, siempre y cuando no haya antecedentes o factores que indiquen lo contrario.
Después de los 65 años se recomienda sumar, a lo antes mencionado, una ecografía abdominal (para chequear la presencia o no de aneurismas de la aorta abdominal), además de una audiometría y una logoaudiometría.
Recordá que la prevención siempre es el mejor camino. Una vida plena y saludable es posible. Solo depende de nuestros hábitos y conductas. Los chequeos preventivos son la mejor llave para abrir esa puerta de cuidado. Tomá esta lista como una guía; siempre tu médico de cabecera será el encargado final de decirte qué estudios y chequeos debés realizarte según tu historial.
Fuente: Experta