¿Qué es la Viruela Símica (MPOX)?

 

La viruela símica, también conocida como MPOX, es una enfermedad vírica causada por el virus de la viruela símica, que pertenece al género Orthopoxvirus. Este virus forma parte de la familia Poxviridae, al igual que los virus responsables de la viruela humana, la viruela vacuna, la vaccinia, entre otros. Se trata de un virus de ADN bicatenario que comparte similitudes con el virus de la viruela humana.

 

Aunque la viruela símica está relacionada con la viruela, generalmente es menos grave. Los casos suelen estar concentrados en regiones de África occidental y central. Sin embargo, la aparición de brotes en múltiples países fuera de estas áreas, como Argentina y Brasil, ha generado preocupación entre los expertos en salud pública debido a la posible propagación del virus.

 

 

Historia y evolución reciente

 

La enfermedad fue identificada por primera vez en monos en la década de 1950, de ahí su nombre. A pesar de su origen, la viruela símica puede afectar tanto a humanos como a otros animales. La mayoría de los casos en humanos han sido relativamente leves, aunque pueden llegar a ser graves, especialmente en personas inmunodeprimidas o con condiciones de salud preexistentes.

 

 

Síntomas 

 

  • Fiebre: Suele ser muy alta.

  • Dolor de cabeza: Dolor persistente y severo.

  • Dolores musculares: Malestar y dolor en los músculos.

  • Dolor de espalda: Molestia en la zona lumbar.

  • Fatiga extrema: Sensación de cansancio y debilidad general.

  • Ganglios linfáticos inflamados: Hinchazón de los ganglios, especialmente en el cuello, las axilas y la ingle.

  • Erupción cutánea: Aparece entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre, comenzando en la cara y extendiéndose al resto del cuerpo. La erupción pasa por varias etapas, comenzando con manchas planas y evolucionan a pápulas, vesículas, pústulas, y finalmente costras.

 

 

Transmisión

 

La MPOX se transmite de persona a persona principalmente por contacto estrecho con alguien que tiene MPOX, incluidas las personas con las que se comparte el hogar. Se entiende por contacto estrecho el contacto directo piel con piel (por ejemplo, al tocarse o tener relaciones sexuales), boca con boca o entre la boca y la piel (por ejemplo, al besarse), así como el que se tiene al estar cara a cara con una persona con MPOX (por ejemplo, al hablar o respirar cerca de ella, lo que puede generar partículas respiratorias infecciosas).

 

 

Diagnóstico

 

La prueba de laboratorio por excelencia para la MPOX es la detección del ADN del virus mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Las mejores muestras son las que se han tomado directamente de las lesiones cutáneas (piel, líquido o costras) mediante un frotis enérgico; en ausencia de lesiones cutáneas, las muestras pueden obtenerse mediante un hisopado faríngeo o anal. No se recomiendan los análisis de sangre. Las pruebas de anticuerpos pueden no ser útiles, ya que no distinguen entre los distintos Ortopoxvirus.

 

 

¿Cómo me cuido?

 

Los objetivos terapéuticos son cuidar la erupción, tratar el dolor y prevenir las complicaciones. Una atención temprana de apoyo ayuda a controlar los síntomas y a evitar problemas adicionales.

 

En algunos países se ha autorizado el uso de emergencia de algunos antivíricos, que se están evaluando en ensayos clínicos. Hasta la fecha, no existe un tratamiento antivírico de eficacia comprobada. 

 

De esta manera, la mayoría de las personas se recuperan en 2-4 semanas.