Cada 4 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual. Esta fecha busca sensibilizar sobre la importancia de promover y respetar los derechos sexuales y reproductivos, asegurando el disfrute y el bienestar integral de las personas. La salud sexual no solo implica prevención, sino también la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y segura, libre de coerciones, riesgos o enfermedades.

 

El disfrute va de la mano del cuidado. Tener una vida sexual plena y responsable implica informarse sobre cómo protegerse ante Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y reconocer la importancia de la prevención en la búsqueda de una salud sexual completa.

 

¿Qué es la Salud sexual?

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud sexual es “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad” e implica la posibilidad de ejercer una vida sexual plena, saludable, placentera, que esté de acuerdo a la propia orientación sexual e identidad de género, sin discriminación, sin riesgo para la salud, sin miedos ni violencia.

 

La salud sexual, además, refiere al derecho de poder decidir cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales, a vivir la sexualidad sin presiones ni violencia, a acceder a información sobre cómo cuidarse y conocer el propio cuerpo. 

 

Disfrute Responsable y Cuidado Integral

 

El disfrute de la sexualidad es un derecho. Para vivirlo plenamente, es esencial cuidar de uno mismo y de la pareja. Esto incluye tomar decisiones informadas sobre prácticas sexuales, usar métodos de protección como preservativos, y prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS) a través de una comunicación abierta.

 

Promover la salud sexual también implica realizar chequeos regulares y conocer el uso de métodos anticonceptivos y preventivos, como las vacunas contra el HPV y la hepatitis B. Es importante recordar que las ITS pueden afectar a cualquier persona, muchas de las cuales no presentan síntomas evidentes. El placer sexual y el cuidado no son excluyentes; disfrutar de la sexualidad es posible cuando se toma en serio la protección y se mantiene una actitud responsable hacia la salud propia y la de los demás. Esta educación es clave para una vida sexual libre, saludable y placentera.

 

¿Cómo funciona la Campaña de Cuidados?

 

En relación con el control preventivo de salud desde las adolescencias, es importante aclarar que las personas menores de 13 años tienen derecho a recibir información en salud sexual que incluya la prevención de infecciones de transmisión sexual y el acceso a métodos anticonceptivos. Esta información debe ser clara, completa y oportuna, de manera autónoma, es decir, sin necesidad de contar con el acompañamiento y/o el consentimiento de un tercero. 

 

Asimismo, con respecto al acceso a métodos anticonceptivos, a partir de esta edad pueden realizar una consulta en cualquier hospital o centro de salud cercano a su domicilio y solicitar preservativos sin necesidad de estar acompañadas/os. 

 

En el caso de las personas de entre 13 y 16 años, tienen derecho a decidir sobre aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física. A partir de los 16 años, la persona tiene derecho a consentir autónomamente todas las prácticas sanitarias relacionadas con la salud sexual y reproductiva.



Por eso, siempre tenemos que cuidarnos

 

La salud sexual no trata solo de la ausencia de enfermedad. Las relaciones positivas basadas en el respeto mutuo, la empatía y la comprensión son piedra angular de la salud y el bienestar sexuales.

 

A modo de recuerdo, la prevención y el disfrute van de la mano. Es fundamental realizar chequeos regulares para detectar posibles ITS, especialmente cuando muchas pueden no presentar síntomas visibles, y acudir a un profesional de la salud ante cualquier inquietud.