El Ministerio de Salud de la Nación recuerda las distintas acciones que se llevan adelante para acompañar el tratamiento de aquellas personas con padecimientos mentales y/o consumos problemáticos.

 

¿Sobre qué se trata la Salud mental?

 

Es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés. La salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de una persona y su comunidad.

La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se da en un proceso complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con diversos grados de dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser muy diferentes.

 

Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. Las personas que las padecen son más propensas a experimentar niveles más bajos de bienestar mental, aunque no siempre es necesariamente así.



Determinantes claves para tener en cuenta



A lo largo de la vida, múltiples determinantes individuales, sociales y estructurales pueden combinarse para proteger o socavar nuestra salud mental y cambiar nuestra situación respecto a la salud mental.

 

Factores psicológicos y biológicos individuales, como las habilidades emocionales, el abuso de sustancias y la genética, pueden hacer que las personas sean más vulnerables a las afecciones de salud mental.

 

La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental.

 

Los riesgos pueden manifestarse en todas las etapas de la vida, pero los que ocurren durante los períodos sensibles del desarrollo, especialmente en la primera infancia, son particularmente perjudiciales. Por ejemplo, se sabe que la crianza severa y los castigos físicos perjudican la salud infantil y que el acoso escolar es un importante factor de riesgo de las afecciones de salud mental.

 

Los factores de protección se dan también durante toda la vida y aumentan la resiliencia. Entre ellos se cuentan las habilidades y atributos sociales y emocionales individuales, así como las interacciones sociales positivas, la educación de calidad, el trabajo decente, los vecindarios seguros y la cohesión social, entre otros.

 

Los riesgos para la salud mental y los factores de protección se encuentran en la sociedad en distintas escalas. Las amenazas locales aumentan el riesgo para las personas, las familias y las comunidades. Las amenazas mundiales incrementan el riesgo para poblaciones enteras; entre ellas se cuentan las recesiones económicas, los brotes de enfermedades, las emergencias humanitarias y los desplazamientos forzados, y la creciente crisis climática.

 

Cada factor de riesgo o de protección tiene una capacidad predictiva limitada. La mayoría de las personas no desarrollan afecciones de salud mental aunque estén expuestas a un factor de riesgo, mientras que muchas personas no expuestas a factores de riesgo conocidos desarrollan una afección de salud mental. En todo caso, los determinantes de la salud mental, que están relacionados entre sí, contribuyen a mejorar o socavar la salud mental.



¿Qué puede afectar la Salud Mental?

 

– La desesperanza

– La inseguridad

– El rápido cambio social

– Los riesgos de violencia

– Los problemas que afecten la salud física

 

También puede verse afectada por factores y experiencias personales, la interacción social, los valores culturales, experiencias familiares, escolares y laborales.




Mi Salud Mental, ¿Puede cambiar con el tiempo?



Con el tiempo, su salud mental puede cambiar. Por ejemplo, puede estar enfrentando una situación difícil, como tratar de controlar una enfermedad crónica, cuidar a un pariente enfermo o tener problemas de dinero. Estas circunstancias pueden agotar y abrumar su capacidad de lidiar con ellas, lo que puede empeorar su salud mental. Sin embargo, es importante recordar que también hay oportunidades para mejorar. Recibir terapia, practicar la autocompasión y establecer redes de apoyo son pasos valiosos que pueden marcar la diferencia. Con el tiempo, es posible encontrar un camino hacia la recuperación y el bienestar, recordando que cada pequeño avance cuenta. Nunca es tarde para buscar ayuda y construir una vida más equilibrada y plena.





Recomendaciones para mantener una buena salud mental

 

Para mantener una buena salud mental, es fundamental adoptar hábitos que promuevan el bienestar integral. A continuación, te compartimos algunos consejos prácticos que te ayudarán a cuidar tu mente y a fortalecer tu bienestar emocional. ¡Incorpora estos tips en tu vida diaria y mejora tu calidad de vida.

– Tener buenos hábitos alimenticios

– Realizar ejercicio con regularidad

– Conservar buenas relaciones interpersonales

– Evitar el tabaco y el consumo de alcohol

– Dormir como mínimo de 8 horas diarias

– Realizar actividades sociales, recreativas, culturales y deportivas

– Fomentar el hábito de la lectura: leer enriquece la capacidad de atención e incrementa la memoria, aumenta la motivación y reduce el estrés


¡No esperes más tiempo, es momento de cuidar tu salud!



Si crees que puede tener un problema de salud mental, buscá ayuda. La terapia de conversación y / o los medicamentos pueden tratar estas problemáticas. Si no sabes por dónde comenzar, hablá con tu profesional de confianza de la salud. Con el apoyo apropiado, podés identificar afecciones de salud mental y recibir tratamiento apropiado, como medicamentos o asesoría.